Los Navegantes del Magallanes de Pablo Sandoval y de la constelación de
grandeligas, los turcos del bullpen blindado, los tripulantes del
Bismarck del diamante, apagaron finalmente el sueño de Caribes de
Anzoátegui al vencerlos 11 carreras por 6 en el quinto de la final y
revalidar así su título de campeones de LVBP, el número 12 de la
franquicia.
Arriba en la serie 3 victorias a 0, la tribu de Alfredo Pedrique gestó
un verdadero milagro de resurrección en el cuarto juego, pero el acto
solo duró una noche, pues, al enfrascarse en una batalla de relevistas,
el acorazado estelar valenciano fue, como se esperaba, superior.
Después de salidas fallidas de Sergio Pérez y Ramón Ramírez en las que
permitieron nueve carreras entre ambos, García y Pedrique convirtieron
al Alfonso “Chico” Carrasquel en un tablero de ajedrez.
Abajo en la pizarra 5 carreras por 4, el “Almirante” le pidió a Carlos
Monasterios un segundo inning de labor y terminó cediendo un
cuadrangular en el sexto acto frente a Héctor Giménez. Con esa ventaja,
el mandamás de los orientales entró al último tercio del juego con un
Luis Ramírez que había ponchado a Mario Lissón en el sexto con las bases
llenas.
Juan Rivera, sin embargo, conectó un doble para comenzar ese inning y
luego anotó gracias a roletazos de Sandoval y deRamón Hernández.
En el octavo, ya con el acorazado en la orilla, Pedrique decidió traer a
Richard Salazar para enfrentar a Ezequiel Carrera. García, en
respuesta, designó al derecho Frank Díaz como bateador emergente. Díaz
negoció el boleto y Pedrique no tuvo otra opción sino utilizar,
nuevamente, a Jean Carlos Toledo. El derecho, en su presentación 15 en
21 juegos de postemporada de Caribes, no impidió el toque de sacrificio
de Ronny Cedeño y cedió un sencillo a Endy Chávez que generó corredores
en las esquinas.
Con ese escenario, Alberto Callaspo aguantó, negoció un boleto y volvió a
servir la mesa a Lissón. Toledo sacó la casta y logró domarlo con un
manso fly al catcher, pero después las fuerzas lo traicionaron.
El derecho golpeó a Rivera y las defensas de la tribu crujieron. Pedro
Rodríguez entró a tapar las goteras en un juego empatado y, de hecho,
casi lo logra, pues dominó a Sandoval con un rolling manejable a Eduardo
Escobar. Ese campocorto, sin embargo, el mismo que salió en hombros en
el juego 4 y el mismo que había conectado anoche su tercer jonrón de la
serie, entregó accidentalmente a los suyos al lanzar mal a primera y
cometer un error de dos carreras.
Con la ciudad ya sitiada y el jaque ya cantado, Ramón Hernández el
inspirado, Ramón Hernández el valioso, sonó su segundo jonrón de la
noche para totalizar seis remolques y darle el mate a los Caribes de
Alfredo Pedrique.
“Es un sueño hecho realidad. Esto que se siente es increíble”, dijo el mánager García
ya en paz, pues, finalmente, luego de cuatro años, logró sacarse la
espina ganando una final como dirigente con el equipo de sus amores.
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